La Mujer Maravilla

Si Ud. es una persona que se precia de ser cuerda, le recomiendo que no pierda su tiempo leyendo este dislate.

Ahora, si se vio todos los partidos del mundial, bien pude perder un ratito más viendo como, aparte de tantas otras cosas, vendieron durante 69 años un bodrio total y no solamente en lo que se llamaban revistas de macaquitos (Cómics), se reciclaron en seriales de televisión y películas animadas de la Warner Bros. Animations para videos domésticos.

El personaje Mujer Maravilla (Wonder Woman) es un cocktail de la mitología universal, que no se queda entre los griegos y romanos, sino que agarran viento en la camiseta y la llevan al Triángulo de las Bermudas donde pasaron 2000 años y nadie vio como se engendraba todo esto y hete aquí que un piloto nazi (si, nazi) cae en las garras de este grupo de mujeres, amazonas ellas y se enteran de todos los planes funestos de Adolfo Hitler y deciden en convertirse en esa instancia (1942) emprenderla contra el sátrapa.

Acá la ensalada de cosas tiene varios responsables, en las distintas etapas George Pérez, Mike Deodato Jr., Phil Jiménez y al final Greg Rucke que fue medio disolvente de los funs y Gail Simone, ya muy mediocrizada si ese puede ser un término adecuado.
Vamos un poco a la mitología en serio para ver este cambalache de disparates en la realidad.

Las Amazonas era un pueblo de mujeres guerreras que surgieron de aquellas guerras, en Sarnacia asiática y otra parte del Cáucaso donde los pueblos vecinos exterminaron a todos los varones.

Deseando las mujeres vengar los asesinatos de sus maridos y su propia defensa, cambiaron la forma de gobierno y eligieron a una reina y no obstante ello también mataron el resto de los hombres de su tribu que se habían salvado y excluyeron para siempre el matrimonio (loable actitud).

No se si a los que se habían salvado los mataron por inútiles, pero que vamos a tener un montón de lectoras contentas por ese brote feminista muy anterior a las reivindicaciones de Lady Astor, y de Luisa y Paulina Luisi.

En mérito a no haber más hombres en la sociedad feminista, iban todos los años a las fronteras a contratar con sus vecinos uniones pasajeras (de alguna forma fina había que llamarlo). Con los productos de dichas uniones, si eran del sexo femenino eran educadas con esmero, pero los varones eran condenados a muerte según Justino o castrados según Diodoro o enviados a sus padres masculinos según Quinto Curcio, las mujeres de los pueblos vecinos encantadas con el negocio, los locos cumplían el contrato con las vecinas y los nenes los tenían que cuidar ellas, así fenómeno, era un feminismo extrafronteras.

Aunque esto último yo no creo que fuera falible porque si su guerra era exterminar a los hombres de los pueblos vecinos no les iban a dar materia prima para futuras guerras.

Primera gran contradicción de las amazonas auténticas, las mitológicas, con el engendro de la Mujer Maravilla, cuando las niñas llegaban a los 8 años sus madres les quemaban o hacían desaparecer el seno derecho (de ahí el nombre amazona: a, sin; y mazos, teta) a fin de que pudieran manejar el arco con más destreza. Gran contradicción con la Mujer Maravilla de la serie televisiva, Lynda Carter, que tenía dos poderosas razones para llamar la atención masculina y si fuera amazona debería tener una sola.

El vocero de la época, Quinto Curcio las arrima más para el lado del África y era el que decía que no mataban a los hijos, donde combatían con otro pueblo femenino llamado gorgonas y habitaban en una isla llamada Hesperia en el Lago Tritón. Los hombres –al igual que en la sociedad moderna con la excusa del desempleo- se dedicaban a las labores domésticas y todas las demás funciones las desempeñaban las mujeres.

Como eran medio bravas con las armas, no se como sería lo de la pizza o el churrasco o la milanesa con papas fritas. Ni siquiera tenían un microondas.

Otros han creído encontrar amazonas en América del Sur cerca de las costas del río homónimo y otros en Filipinas.
Lo del nombre del río no quiere decir nada porque estamos a orillas del Río de la Plata y la Argentina se llama así y de plata o argentum quedó nada más que el nombre, porque se mancaron los conquistadores. Como dice el tango “la fama es puro cuento”.

Estos señores de apellido latino- para vergüenza nuestra- que inventaron a la Mujer Maravilla se conoce que tenían una biblioteca grande, pero vino algún duende, que nunca falta en las bibliotecas y sobre todo en las de los ignorantes, y le entreveró los libros de una forma tal, que establece en la versión final de los años 60 – 70, que la Mujer Maravilla fue vista acompañada de un místico oriental llamado “I Ching”. Esto es para alquilar balcones.

El “I Ching” es una de las joyas de la humanidad, es un libro sobre el arte chino de la adivinación y su primera versión en forma escrita se atribuye al primer emperador de la China, Fu Hsi, gran sabio y erudito. El respetable sabio y venerado filósofo Confucio, fue uno de los que difundió el uso del I Ching.

En mi biblioteca supe tener tres ejemplares (distintas traducciones al español) y cometí el grueso error de prestar uno, me quedan dos.

Si queremos explicar con términos simples lo que es el I Ching podríamos llamarlo, un horóscopo, pero con muchísimas diferencias.
Los horóscopos comunes, incluido el Tarot, son manejados en forma muy mercantilista aunque digan que no cobran.

A alguien le puede correr por la cabeza que en una semana a todos los nacidos bajo determinado signo zodiacal les va a pasar cosas semejantes a las que dicen o publican o creer que lo que dicen por televisión esas gordas que tiran el tarot por teléfono. Si embocan por casualidad en algo es mera coincidencia.

El que tenga un problema existencial que adquiera una buena versión del I Ching, lo estudia seriamente y meditadamente se lo tira él y lo que interprete él, le indicará el camino de él.

Volviendo al mundo de la fantasía equivocada. La Mujer Maravilla tiene diversos poderes y de acuerdo a las circunstancias le meten uno nuevo de apuro.

Poder de vuelo, súper fuerza similar a la de Superman, no envejece, es inmortal, posee una belleza extraordinaria y tiene la habilitad de aparecer con el atuendo de acuerdo a las necesidades, patinadora, nadadora, enfermera y vaquera.
Tiene un lazo mágico que obliga a decir la verdad y hace perder la memoria (viene a ser como un pentotal no inyectable), la tiara funciona como un boomerang, y unos brazaletes de un metal llamado “feminum” a prueba de rayos, balas y otros proyectiles.

Y a que viene todo esto.

Esta chica de 69 pirulos, a pesar de que ella por sus dones naturales no envejece, pero sus ropas sí y conforme le sacaron (en el buen sentido) la pollera, ahora por cuestiones de los tiempos en que vivimos le van a hacer perder los símbolos de barras y estrellas (la bandera de EEUU) que figuraron 69 años en sus ropas. Creo que de esto no tiene la culpa Chávez ni ninguno de los que le patean el tablero a los yankees.

Plantearon de reducirle los pechos pero no tuvo andamiento y además sigue con uno demás, claro que con todas las armas y poderes que tiene está bien que la dejen simétrica y abundante.

Es un símbolo del feminismo que mete en bolsa al machismo de Superman, a Batman y a un lote de superhéroes de pacotilla.
Pensar que me gastaba $ 1.05 (de los viejísimos) en tres revistas, Superman, la Pequeña Lulú y Tarzán ($ 0.35 cada una).
La que me quedó bien en el mate fue Tarzán porque me leí más de diez tomos gruesos del Tarzán de Edgar Rice Burroughs que los sacaba de la biblioteca del Centro de Protección de Choferes, del cual mi viejo era socio y me quedaba a cuatro cuadras de casa. El bibliotecario de la época me hacía falsificarle la firma a mi viejo para calentarlo.

La Mujer Maravilla de Montevideo

Del vocabulario me acuerdo de muchas palabras de Tarzán, Simba era el león, búndolo, era matar, tarmangani, era hombre blanco, kriga era como un llamado de advertencia.

Como decía el Dante, “Nessun maggior dolore chi ricordarsi dal tempo felice nella miseria”.

Perdonen los lectores, pero con esto del fútbol, tuve que bajar un poco el nivel y les prometo para la próxima algo más acorde con el paladar de nuestro público.