Soy bichero de alma
Me cambié de casa varias veces. Pero la última tiene un no se qué, más bien, se lo que tiene y es que las otras las había comprado hechas y esta la mandé construir metiendo cuchara en los planos y en todo el asunto.
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Nunca quise lujos, ni los quiero. Bah… hacer lo que uno quiere en este mundo, ya es un súper lujo, es demasiado, simplemente hay que hacer lo más parecido a lo que uno quiere.
Soy bichero de alma, me gustan los pájaros, los perros, los peces ya sean tropicales o de agua fría, las tortugas, los lagartos, pero las plantas, simplemente como plantas y no tener algo tipo garden’s club y los árboles más de lo normal y un poquito menos que un sombráculo.
Para consumo solamente uno o dos limoneros que son grandes compañeros y sacan de apuro permanentemente.
Lo mío es hereditario, mi madre, mi abuela, mi hermanos, pero cada cual con su música.
El arquitecto, sí con minúscula, porque si escribo panadero, verdulero, que son oficios, a una profesión que es un oficio un poco más complejo, por qué voy a ponerlo con mayúscula y al que no le guste que se aguante.
Con el arquitecto tuve un montón de agarradas, porque el quería hacer lo que él quería y como yo era el que pagaba, quería pagar por lo que yo quería y como lo quería.
No sé si he sido claro. Se dónde y cómo quiero vivir y no pido más.
El arquitecto sabe dónde porque tengo el terreno y la orientación de la casa por el sol y la luz, hasta cierto punto, pero lo que más le interesa es construir por el menor costo, lo que me presupuesta a determinada cantidad, cuya ganancia ya la tiene recontra calculada con creces.
Tanto le da meter una escalera interior o corredores al cohete, para un lado o para otro porque los metros de construcción tienen un precio fijo, más BPS.
Lo que les molesta es que pida que el pulmón de la estufa de leña esté para el lado de afuera y del lado de adentro tener solamente el hogar.
No quiero ladrillos refractarios que se viven cayendo, quiero chapa de barco que no se cae, se calienta y refracta el calor.
Si el pulmón está del lado habitable estoy perdiendo un par de metros de construcción e irradiando los rayos infrarrojos desde 20 o 40 centímetros de la pared. Del lado de afuera el ángulo de refracción arranca del borde de la pared y no medio metro más adentro y me gustan de boca ancha y profundas, cosa de cargarlas de leña y no andar metiendo astilla tras astilla casa vez que se quema una y dejar que se enfríe la estufa con la leña nueva y volverla a calentar a pura madera, dado que la leña que agrego está fría y eso baja la temperatura del calor que produce la estufa, al igual que la leña verde.
Una idea que tenía y no pude hacerla llevar al lápiz y el papel, dado que terreno sobraba, era que los dos dormitorios o el dormitorio y el escritorio y el living tuvieran ventanas hacia un patio semitechado que con un estanque, algún arbusto y los correspondientes tejidos oficiara de pajarera, estanque y terrario, o acuaterrario como Ud. prefiera.
No lo logré, porque eran palos en la rueda y más palos, piedras sueltas que dificultaban el camino hacia el fin perseguido.
En casa mi madre llegó a tener 45 canarios (flauta como les decían en aquella época), cada cual con su nombre, el 31 de agosto procedía a acasalarlos (juntar machos y hembras), previa reparación de los nidos, piedras de cal, reforzarles la alimentación, todo desinfectado como corresponde, sin desatender a la Chicha, la perra, a la Perica, la tortuga y al Cacho, el cardenal. Las plantas eran regadas diariamente de acuerdo a la estación.
“Pedro” el loro amazonia apareció después, pero hoy goza de sus 35 jóvenes años y de un filo en el pico el cual lo he probado reiteradas veces.
Gracias a que no pude lograr mi pajarera, establecí en el porche trasero un merendero de pájaros criollos.
No puse ningún aviso, ni tuve que llamarlos, con un comedero colgante, para evitar cualquier eventualidad con los gatos y el plato (fuente) de las pastillas del Sr. Perro y un estanque hecho con un tanque de dolmenit de 500 litros enterrado hasta el borde, rodeado de piedras laja, a guisa de vereda, tengo a la familia de las Castañetas (cíclidos) con camalotes, acordeones, repollitos y lentejas de agua.
Los beneficiarios del merendero son por orden de preferencia mía una familia de calandrias que a esta altura son más de seis o siete o alguna más, porque desde que dejan de ser pichones es difícil identificarlas, pero en cualquier momento aumentará dicha familia porque estamos en la época del apareamiento. Sus cantos hermosos y mamarrachescos por ser imitadoras de otros, no tienen desperdicio, y son la alegría de todo el día, salvo a la hora de la siesta del burro, en que no canta nadie.
Por orden de aparición se sienten los zorzales y la conversación de los horneros, pero cocinan aparte los zorzales son fanáticos de los frutos de los crataegus y los horneros son fanáticos de las lombrices, algún pedacito de carne que se haya olvidado el Sr. Perro o lo que venga, porque también son buenos pobres.
Antes de que aclare aparecen unas gallinetas (trespó) y se dan una vuelta por el estanque, por si alguna castañeta durmió la mona, boca arriba, flotando en el agua, cosa que hasta el momento no han tenido suerte.
Los chingolos, los gorriones, los mixtos, los dorados y las ratoneras, siempre en la vuelta.
Las torcazas son asiduas concurrentes al merendero, así como la paloma grande de monte, pero estas tienen preferencia por las galletas perrunas y la paloma de monte me desajusta el presupuesto porque engulle pastillas abierto.
Los benteveos o bichofeos les sirve todo, pero ellos al igual que los martín pescador, están al alpiste, valga la redundancia, en alguna ramita y atropellan y rajan. No muy lejos por cierto, porque tienen que volver porque de puntería no andan muy bien.
Del otro lado de la reja los teros (por razones propias de seguridad) y un poco más lejos en una alcantarilla, a veces, no siempre, garzas blancas, tanto de las grandes como de las chicas. La pasada de ida de las gaviotas a la usina de la basura y por la noche la vuelta de los patos maragullones al lago del parque.
Los que no pudieron venir al merendero son el lagarto y la tortuga porque tienen una mala relación con el Sr. Perro, por lo cual me ahorro un huevo diario del lagarto y los destrozos que pueda hacer un morrocoyo entre las plantas.
Ninguna planta que produzca insumos para la casa, excepto los nombrados limoneros y unos ajíes cuerno de chiva, por la belleza de los frutos en los distintos grados de maduración.
No soy partidario de las plantas comestibles, porque cuando fructifican en casa, en el comercio las regalan.
Las de corral ya fueron porque los pollos son más baratos en el supermercado que producirlos, al igual que los huevos, sin perjuicio de que ensucian, dan olor y juntan moscas, y no me da el cuero para matar una gallina, ni ningún otro bicho.
Tengo el clásico sauce, un mimbre, una palma yatay, laureles, dos fresnos, un roble, un palo borracho, drácenas de varios tipos y otras plantas arbustivas, como ser jazmines de muchas variedades y enredaderas, desde la clásica glicina hasta el mburucuyá, que aparece cuando y dónde quiere.
Una anacahuita que está en floración y estoy esperando que fructifiquen para recoger las pequeñas semillas que sustituyen perfectamente a la pimienta negra.
No piense que este petit zoo en libertad, está en el medio del campo, sino que está en Carrasco, lo que me preocupa es que los pájaros se crían mansos y no falta algún cretino con una honda o un trampero.
Agradezco la incompetencia del arquitecto que me privó de cometer uno de los errores más grandes de mi vida, como sería encarcelar tanta libertad, inclusive la mía, porque si me voy a algún viajecito, necesito alguien que le dé las pastillas al Sr. Perro.
Tampoco tengo la esclavitud de ser el carcelero de mis cosas.
Yo también soy bastante bichera y por lo que veo tienes un zoo grande. Y todo se lo debes a un arquitecto que no te dio bolilla. Me mata lo del loro Pedro esta medio vete con 35 años y debe tener memorizado alguna que otra palabrita.
Pero no falta casi nada algun gato que otro que veo que el SR. Perro los tiene cortito.
Saludos