16 abril 2024
CRÓNICAS

Un aniversario más de la Batalla de las Piedras

En nuestra época escolar y gracias al Prof. HD (Hermano Damasceno, Eduardo Gilberto Perret Vuagnoux, cura de la Sagrada Familia que escribió nuestra historia patria y americana, con el seudónimo de HD y la Aritmética, con el de Pedro Martín) hay una sombra sobre la vida de Artigas, donde nos enseñaba mucho sobre el lugar de nacimiento, el bautismo, pero de su vida privada no se sabe nada hasta 1806, por su formación religiosa.

Con el tiempo saltó junto con nuestra edad el Artigas contrabandista, hombre de campo que cruzaba haciendas de un lado para el otro de la frontera.

Cuando fuimos mayores aprendimos de la virilidad de don Pepe.

Tuve hijos a los 22 años con mujer charrúa, con mujeres blancas, con criollas, con misioneras y hasta en su última morada en Curuguaty, Paraguay a los 62 años nació el último, conocido como tal.

Si no conté mal tuvo 14 hijos, con 8 mujeres distintas, pero estos números sírvase tomarlos como provisorios definitivos.

Cuando el Éxodo del Pueblo Oriental al Ayuí, todas las noches, cruzaba a remo en lancha el río Uruguay a dormir en las tolderías indígenas, no quiero ser mal pensado pero alguno se me puede haber escapado a mis cuentas o a las del propio don Pepe, que tal vez no se volvió a encontrar con la china de la noche anterior.

Aunque pueda parecer una humorada, tiene mucho de cierto.

Pero vayamos a la historia del Jefe de los Orientales y uno de sus hitos más importantes.

Estuve buscando en el nomenclátor urbano de Montevideo y no existe ninguna calle Aranjuez, ni siquiera por el maravilloso concierto para guitarra y orquesta del español Joaquín Rodrigo, el que a título ilustrativo debo decir que lidera los gustos musicales de los japoneses, el denominado concierto de Aranjuez y el motín de Aranjuez ni por las tapas.

Claro que tenemos cientos de calles Oficial I, Av. De 17 mts., pasaje peatonal.

Todo empezó, a mi real saber y entender cuando Napoleón Bonaparte, sacó del medio a la Corona Española de la propia España, con Fernando VII al frente y el infante de Paula (Francisco) siendo un adolescente salió llorando, cosa que encolerizó al pueblo español, contra el emperador, que se autoproclamó oportunamente y se puso la corona a si mismo y coronó a su hermano José Bonaparte, apodado “Pepe Botella”, por su apego al contenido de ella, aunque sus partidarios afirman que no y también “Pepe Plazuela” por la cantidad de plazas que inauguró.

Todo eso fue la mecha que produjo aquel 2 de mayo de 1808, corrió la llama, y produjo una explosión que estalló en mayo de 1810 en Buenos Aires y en las restantes colonias hispanas, antes, durante y después.

Claro que éramos todos hermanos, éramos todos parientes, todos vecinos contra quienes se peleaba, el Rey de España para los montevideanos era el Rey y en Buenos Aires se pensaba lo mismo.

Pero cuando las cosas demoraron un poco, Artigas, Capitán de Blandengues cruzó a Buenos Aires, desertando de dicho cuerpo.

Ahí empezaron los llamados “Gritos”, el nuestro fue el de Asencio a orillas del arroyo del mismo nombre, donde Venancio Benavidez y Perico el Bailarín, dieron el heroico grito y empezó a arder la patria, pero fue contra Elío que había trasladado el gobierno español de Buenos Aires a Montevideo.

Artigas cruzó por Paysandú y vino bajando hacia el Sur muy asistido por sus amigos los indios.

Tenía ese don sobre los charrúas, que aparecían y lo ayudaban y desaparecían sin dejar rastro, dejándole caballos de refresco siempre.

Cuando el “Éxodo del Pueblo Oriental” jamás el llamado pueblo fue atacado por charrúas y siempre estaban ahí.

En Buenos Aires la Junta de Mayo mandó a Belgrano a sofocar la resistencia española en Paraguay y le fue mal, muy mal.

La Junta mandó a Rivadavia a sujetar a los españoles en el Alto Perú y le fue peor, mucho peor.

Estos dos señores que tienen sendas avenidas importantísimas en Buenos Aires y una calles en Montevideo, fueron los que pergeñaron la idea, de casar al infante de Paula, el adolescente llorón de Aranjuez, Francisco, con una princesa Inca, o sea cruzar la sangre hemofílica de los borbones con la indígena, producto de la unión de dos hermanos como era la costumbre de los herederos del sol.

De dicha unión o cruza el resultado podría ser imprevisible e inimaginable, pero con seguridad lleno de taras genéticas, salvo para estos enfermos ávidos de poder.

Mariano Moreno, con antecedentes revolucionarios y dicen que masónicos también, cuando iba para Inglaterra, manos anónimas, lo cayeron por la borda del barco y no llegó nunca a destino.

Claro que la defensa de Elío fue bastante mala, porque usó un ejército con dos piezas de artillería, claro que no eran soldados, eran marinos, reforzados con 100 presos del Cabildo.

Marinos que les tocó navegar en el lodazal en que se había convertido Las Piedras en aquel día.

Los marinos no están acostumbrados a que le deserten sus soldados porque no se pueden cambiar de barco en la batalla, pero los presos del Cabildo, cambiaron de bando más pronto que ligero.

Los españoles estaban muertos de hambre, porque los paisanos, sus paisanos criollos, no le arrimaban ganado a Montevideo.

En una razzia le levantan 3000 vacunos, 3000 ovinos y 1200 caballos a don Martín José Artigas, padre del padre de la patria.

La batalla de las Piedras fue una batalla entre parientes y amigos, porque los alzados, hasta unos días antes, eran parientes o vivían en la propia ciudad o en su zona de influencia, sin perjuicio que Las Piedras eran unos pocos ranchos, no llegaban a 10 y tal vez no más de 4 o 5.

La cosa empezó a las 11 de la mañana y terminó a las 4 de la tarde, sobre un suelo totalmente enchumbado, porque había llovido sin parar durante un par de días antes, un mayo más o menos como este que estamos viviendo ahora.

No se aplicó aquello de no tomar prisioneros porque como dije eran todos parientes o conocidos y privaron los sentimientos sobre la guerra.

Las armas con que nació el ejército nacional, fueron dos cañones, algunos revólveres y tacuaras que con media tijera de esquilar, se hacía lo que era una perfecta lanza, pero la llamaban pica, como la que se usaba para los bueyes en la carreta, picana o al toro en la lidia.

La caballería patria era más importante que la española, porque los gauchos seguían llegando.

Hubo 20 muertos del lado patriota y 30 de los españoles.
Y el doble de heridos por cada bando.

Se tomaron 420 prisioneros de los cuales 180 se pasaron de inmediato para el bando de Artigas.

Para tener una idea más clara sobre la magnitud de los oponentes en Las Piedras podemos afirmar que ambos bandos, caballería e infantería incluidos ocuparían la mitad del Teatro de Verano Ramón Collazo o llenarían el Teatro Solís y 400 quedarían afuera.

Los muertos serían algo más de los motociclistas que mueren en accidentes por mes en Montevideo.

No se utilizó la costumbre de “no prisioneros” por lo dicho precedentemente, ni fusilamientos, ni degüellos, aunque algún despene pudo darse, como era de estilo.

Esta batalla o batallita, como lo fue la Reconquista de Buenos Aires en 1808, fue la que le sacó las castañas del fuego, entonces a los porteños y en 1811 a la Junta de Mayo lo que con los fracasos de Belgrano, Rivadavia y el futuro prófugo de Artigas don Manuel de Sarratea, como buen traidor.

Tuve el placer de pisar la costa del Asencio donde bailaron el cielito Venancio Benavides y Perico Viera, “el Bailarín”, y en lo personal puedo afirmar que allí se siente el olor a patria.

Es una pena que los niños, hoy por hoy, no disfruten de nuestras efemérides con el fervor con que nos hacían gozarlas nuestros maestros a nosotros el día que teníamos que ir con la moña bataraza.

Para tales ocasiones como ser fechas patrias y otras conmemorativas se utilizaba una moña que no era la tradicional azul, sino que era azul con rayas blancas o blanca con rayas azules, como la bandera patria.

En Las Piedras los 18 de Mayo de mi época se constituía el Gobierno en pleno y no personal subalterno y el ejército festejaba otro cumpleaños.
El dictador Santos hizo traer los restos de Artigas de Curuguaty, Paraguay, como forma de consolidar el origen de la nacionalidad, no por pasear unos huesos que después estuvieron meses abandonados en la Aduana.

Artigas es un símbolo, como lo es la bandera, el escudo patrio legal el de los cuatro cuarteles, con el cerro, el caballo, la balanza y el buey, el laurel y el olivo y el sol radiante emergente, la bandera, el himno cantado en su verdadera forma y no como marcha camión, hecho que nos hacía revivir nuestra historia, lejos de cualquier patrioterismo malsano, aunque el autor de la letra, Francisco Acuña de Figueroa, era un realista convertido por conveniencia y el fervor le vino por las circunstancias, lo mismo que cuando escribió la letra del himno paraguayo.

Hoy el 18 de mayo también se confunde con el de 1972 en que murieron malamente cuatro soldados custodias en Abacú casi Av. Italia.

Necesitamos un poco más del concepto Patria, de Artigas y menos política partidaria que separa a los orientales y no los une…

y que todo sea para bien…

3 comentarios en «Un aniversario más de la Batalla de las Piedras»

  • Artigas, Gardel, y el dulce de leche….son argentinos

  • Aritgas en su epoca era un izquierdista revoltoso y sediciosos…..estuvo siempre fuera de la ley los uruguayos no lo veian tan heroe como ahora , menos los terratenientes y los adinerados . Me hacen reir como algunos lo reivindican ahora me hubiera gustado ver que posicion tomaaban cuando Montevideo estaba sitiada…..jajajaja

  • Rickylaso eres un extreñido mental, ten cuidado cuando bostezas en püblico.
    Tino estás calificando con mentalidad del siglo XXI a un gaucho libertador y profundo demócrata de principios del siglo XIX. Quedate tranquilo que en sus tolderías no tenía losa radiante ni otro sistema de calefacción que alguna china.

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