15 abril 2024
MUNDO

Vinicius de Moraes

Tuve el placer de verlo y escucharlo en el Canecao de Rio do Janeiro, por el año 1979.

Mi disfrute fue por partida doble, porque nosotros tenemos a los brasileños como gente como nosotros, pero ahí aprendí que son bastante más ligeros que nosotros.

Eran unas mesas para cuatro personas y me tocó en segunda filas, de mesas, por cierto. En aquella época uno iba a un teatro en Buenos Aires y siempre el cartelito en boletería de “Entradas Agotadas” y me enseñó un porteño de ley que tenía que arrimarme a la ventanilla con el dinero de las entradas en una mano y también a la vista, en la otra mano, el dinero de la coima del boletero y por arte de magia nacía la fila cero y en el peor de los casos unas localidades muy bien ubicadas.

Hoy es distinto, se compran en locales de la calle Lavalle y con descuento, es el famoso expolio de la prensa, donde cada diario tiene una cantidad de entradas y como no van al teatro, se comercializan en esos locales, lo que no sé que pago cuando presento el vale en la boletería del teatro y me cobrar diez pesos por cada entrada.

Cuando me senté en el Canecao en la segunda fila me sentía honrado por la suerte, pero cerca del comienzo de la función empezaron a aparecer mesas voladoras por delante y más o menos, terminé por la sexta o séptima fila (ninguna cabeza molestaba la visión), pero lo disfruté como loco, cuando los porteños, que eran una mayoría donde estaba yo, protestaban reclamando por la coima que habían dado para tener fila cero, y a cada rato le aparecía otro fila cero anterior a él.

Pareciera que el instituto de la coima no da derecho a exclusividad ni prioridades.

Con el tamaño del Canecao cada fila “especial” eran un montón de entradas. Tudo legal como dicen los hermanos del norte.
Esa noche Vinicius y Toquinho me deleitaron en grado sumo y Vinicius sentado en su silla cantaba y cada tanto bajaba la mano y abarraba el vaso de whisky, se aliviaba la garganta y seguía cantando. Fue una noche inolvidable.

Nombrar a Vinicius de Moraes es nombrar Brasil y es nombrar Río de Janeiro, mujeres bellas, amores sucesivos, tristezas convertidas en poemas y poemas convertidos en flores, mares, soles, bohemias, leyendas, mitos y sufrimientos. Vinicius, junto con el genial maestro de la música Tom Jobim, es uno de los padres de la canción más famosa de Brasil: A garota de Ipanema.

Vinicius, cuyo nombre completo era Marcus Vinicius da Cruz de Melo Morais, nació y murió en Rio de Janeiro 1913-1980, fue un hombre polifacético. Estudio derecho, fue diplomático, pero por sobre todas las cosas fue un poeta y embajador ante el mundo de la música brasileña y en especial la bossa nova.

Todavía recuerdo aquella canción que se cantaba en Orfeo Negro, sobre el final, que decía: “Mañana, que bonita mañana…” y en la pantalla salía el amanecer sobre la bahía de Guanabara. “Tristeza nao ten fim, felicidade sim…”.
Que virtud que tienen los brasileños de transformar algo triste, dolorosamente trágico, en algo bonito y disfrutable.

Otra vez que estuve en Rio fui a la casa de Vinicius, en Ipanema, como dios manda, claro que el ya no estaba vivo, y la casa era una casa común y corriente, sin ostentación de especie alguna, pero para mí fue suficiente que él hubiera vivido ahí una parte de su vida por pequeña que hubiera sido y dicen que ahí nació la inspiración de la famosa Garota.
Fue autor de muchas canciones, escribió “Caminho para a distancia”, “Forma e exégese” y “Ariana, a mulher”.

Fue vicecónsul en Los Angeles, segundo secretario de embajada en Francia, fue cónsul en Montevideo y tenía casa en Atlántica, al igual que Pablo Neruda (no se si propia o prestada, en ambos casos).
Fue autor de obras de teatro que después terminaron en el cine como ser “Orfeu da Conceiçao” que en manos de Marcel Camus se transformó en la disfrutable “Orfeo Negro”, ganadora de un Oscar a la mejor película de habla no inglesa y la Palma de Oro de Cannes.

Publico varios libros de sonetos y de poemas.

A Vinicius siempre habrá que agradecerle la tierna sensualidad de su palabra.

En 1959 Vinicius entra en contacto con Antonio Carlos Jobim, que aparte de amistad y enriquecimiento recíproco musical, se complementa con Joao Gilberto.

VINICIUS DE MORAES -VER AQUÍ

Jobim escribe la música para Se todos fossem iguais a você, Un nome de mulher y otras canciones de la película grabadas, entre otros, por Luis Bonfá, música de Orfeo Negro.

En 1958, Elizeth Cardoso publicó el disco Cancao do amor demais, que fue el arranque de la bossa nova. Dicho disco sólo tiene composiciones del dúo Jobim – de Moraes, o por uno de los dos (Cançao do amor demais, Luciana, Estrada branca, Chega de saudade, Outra vez) en la producción también estaba incluido Joao Gilberto. Este disco los promovió en gran forma a ellos y significó el lanzamiento de la bossa nova.

La música de Vinicius en las canciones Para uma menina com uma flor y Samba da bênçao (con música de Baden Powell) integraron la banda sonora de Un homme et une femme de Claude Lelouch, 1966, ganadora del Festival de Cannes.

Otras voces femeninas fueron María Creuza y María Betania.

Su producción fue de más de 400 canciones,
Entre las más conocidas tenemos:
Garota de Ipanema; Canto a Lucia de Yoan; A felicidade; Agua de beber: Insensatez; Eu sei que vou te amar; Chega de saudade; O que tinha de ser; (todas las anteriores con música de Tom Jobim); A tonga da mironga do kauletê; (música Toquinho); Samba de bênçao; (música de Baden Powell); Berimbau; (música de Baden Powell); Você e eu; (música de Carlos Lyra); Canto de Hosanna.

Vinicius sorprende y encanta porque su palabra es él mismo, es su infinita vocación por sus mujeres y su whisky, sus cigarrillos, su música y sus versos, que nunca le faltaron estando a los dichos del propio Vinicius.

Siempre tuvo algún amor inspirador o él inspiraba algún amor mientras las introducía en el arte de la bossa nova.

“Poema para todas las mujeres” de Vinicius
Sobre tus blancos pechos lloro,
mis lágrimas bajan por tu vientre
y se embriagan del perfume de tu sexo.

¿Mujer, qué máquina eres, que solo me tienes desesperado confuso, niño para contenerte?
¡Ah, no cierres tus brazos sobre mi tristeza, no!
¡Ah, no abandones tu boca a mi inocencia, no!
Hombre, soy bello, macho, soy fuerte; poeta soy altísimo
y sólo la pureza me ama y ella es en mí, una ciudad
y tiene allí mil y una puertas.
¡Ay! tus cabellos huelen a la flor del mirto
¡Mejor sería morir o verte muerta
y nunca, nunca más poder tocarte!
Pero, fauno, siento el viento del mar rozarme los brazos
Ángel, siento el calor del viento en las espumas
Pájaro, siento el nido en tu vello
¡Corred, corred, oh lágrimas nostálgicas
ahogadme, sacadme de este tiempo
llevadme hacia el campo de las estrellas
entregadme de prisa a la luna llena
dadme el lento poder del soneto,
dadme la iluminación de las odas
dadme el cantar de los cantares.
Que no puedo más, ¡Ay!¡que esta mujer me devora!
¡que yo quiero huir, quiero a mi mamita,
quiero el regazo de Nuestra Señora!”

Dicen que se casó nueves veces y pienso más bien en las veces que no se casó.
Corpo velho, Vinicius saravá…
Vinicius de Moraes murió en Rio de Janeiro a los 67 años de edad. Benço Vinicius, saravá.

8 comentarios en «Vinicius de Moraes»

  • que grande era vinicius he!!!!!!!!!!!!!

  • Un lujo volver a saber de Vinicius. Que barbas canciones, que ritmo fabuloso y lo mejor de todo, Vinicius ni se movía. Parecía una estatua. Cuantos artistas nacieron con Vinicius…

  • Muy bueno lo de Vinicius. como cambia uno, antes ni bola le daba a la musica del brasil y ahora como que algo escucho….nos estamos poniendo viejos?
    Saludos

  • Las Garota de Ipanema, lo mas grande que había en esos días. Como chupaba ese campeón pero daba gusto verlo cantar!!!!!!!!!!!!!
    Saludos a todos

  • A tonga da mironga do kauletê…..A tonga da mironga….que bueno!!!!!!!!!!essas canciones siempre estan en el corazón…
    Saludos

  • El rey de la Bosa a pleno, con su botellita en la mesa y todo. Que epoca, la pachanga a pleno. Voto porque en la noche de las nostalgias ponga algo de bosanova así se recuerda Vinicius que esta un poco olvidado y a no ser que Lorenzo lo ilumine como ahora, quedará olvidado!
    Saludos

  • Todo un personaje Vinicius de Moraes, dicen que cuando llegaba al Uruguay cerraba la boite Bonanza con los amigos. Aparte de ser un gran poeta supo rodearse de buenos músicos como Toquinho que es un gran guitarrista y ni que hablar de las cantantes María Creuza y María Betania y creo que esta última es hermana de otro gran músico brasileño. Pero que puedo mas decir, si el que escribio el articulo estuvo en la casa de Vinicius y aunque ya había fallecido demuestra que es mas fanatico que mi tio. Felicitaciones!

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