26 abril 2024
CIENCIAPORTADA

Virus: Nunca apagar la máquina ensayo y error

Los meses o años sin resultados, no suponen malgastar dinero cuando se trata de la salud.

La demora en la vacuna del coronavirus hoy, se debe a la cancelación de proyectos de investigación del ayer.

En estos momentos, hay 115 proyectos de investigación en el mundo trabajando de forma incesante para lograr la vacuna.

Sin embargo, conociendo que los virus nunca mueren sino que mutan para continuar con su especie, la pregunta es entonces, después de los coronavirus SARS (2003) y MERS (2012) y los siguientes;

¿Cuántos proyectos continuaron investigando en el mundo después que se halló la vacuna?

Encontraremos infinita información en Internet mostrando la cantidad de proyectos que son cancelados una vez que se logra una vacuna. Y también encontraremos una multitud de voces de la ciencia afirmando sobre la irresponsabilidad tanto de ejecutivos como de gobernantes, que solo se fijan en ecuaciones económicas, sin evaluar el tiempo que se pierde y los retrocesos que sufre la humanidad cada vez que se abandonan los trabajos de investigación en futuras posibles mutaciones.

Cuando la ciencia demora sus resultados, o es ineficiente, debemos preguntarnos los motivos. Y en este caso, ante la agresividad de un virus que tiene en jaque a la vida de la humanidad, como lo es el Covid-19, hay responsables. ¿Son los científicos? ¿Son los empresarios de la ciencia – LABORATORIOS? ¿Son los gobernantes?

¿Porqué se cancelan los proyectos de investigaciones?

En solo tres meses – TODO EL MUNDO – esta sufriendo cambios fundamentales en lo que se conoce sobre una enfermedad que ataca las vías respiratorias y vino para quedarse. El coronavirus fue mutando partir del 2000 y aún no tiene vacuna. Hay una gran incertidumbre, los gobiernos dan marchas y contramarchas con sus medidas, pues los aislamientos traen una segunda pandemia; la paralización de la economía y ésta golpea a la mayor parte de la sociedad. Sin embargo, la historia muestra, que estas situaciones son algo habituales para la ciencia, ya que nunca logra el apoyo económico para continuar sus investigaciones. Los científicos afirman que una vez que se logra una vacuna, automáticamente se acaban los fondos para continuar las investigaciones sobre las mutaciones de la enfermedad.

El coronavirus aparece en el 2002 sobre la Tierra

La ciencia en todas las áreas es un servicio esencial para la humanidad. Y como todo servicio, necesita quién lo financie, lo gestione y lo administre. ¿Quienes lo deben hacer? Allí está la duda hoy a resolver para la humanidad.

La ciencia aplicada a la salud, es un servicio esencial en el área de encontrar las condiciones de curara. Sin embargo, es un servicio, que tiene trabajadores, que necesita financiación tanto para pagar los salarios de los técnicos, como para pagar su equipamiento, estructuras edilicias, insumos y margenes utilitarios para sus inversionistas.

Tenemos que entender de una vez por todas, que si alguien invierte, tiene que desarrollar un plan para recuperar su inversión y ganar un dinero extra.

¿Es un negocio la salud?

Aclaramos en en artículos anteriores, que no hay que salir a la caza de brujas, porque vivimos en un mundo capitalista. Nada se logra sin capital. Y todo capital se arriesga si hay un retorno que lo justifique. Y en ese aspecto, la salud, es un negocio más del sistema.

¿Quien, o quienes arriesgarían sus dineros sin un retorno justificado?

Como lo explicamos en artículos anteriores (No es rentable investigar sobre virus), con el nombre de SARS (las siglas en inglés de síndrome respiratorio agudo severo), se instaló en la provincia china de Cantón. Este tipo de virus fue la causa del brote de una letal enfermedad. Y la nueva cepa del coronavirus, solo se trata de nuevas mutaciones de las anteriores. El corona virus actual, es la cepa 2019, por algo se denominó Covid-19.

Pero durante el 2002, se descubrió el patógeno que causaba la enfermedad. Y se trataba del coronavirus (SARS ) que se había originado en un animal y había pasado a los humanos. En pocos meses, ese coronavirus se expandió en 29 países, infectando a más de 8000 personas y matando a unas 800.

Mientras en todo el mundo hubo un reclamo general para saber cuándo estaría lista una vacuna para acabar con el letal virus SAR, entonces, solo entonces, Estados Unidos y Europa comenzaron a trabajar frenéticamente con sus laboratorios, para crear la inoculación para desarrollar la vacuna.

Una vez que se logró controlar la epidemia de SARS, el estudio de las vacunas contra el coronavirus fue abandonado. Los proyectos fueron cancelados en todos los países.

Por eso hoy los expertos reconocen saber muy poco de este coronavirus.

Pero, para seguir metiendo el dedo en la llaga, es preciso señalar que en 2012, volvió a surgir otro letal coronavirus, el MERS-Cov , que causaba una grave enfermedad respiratoria, el MERS (síndrome respiratorio de Medio Oriente) que se originó en camellos y pasó a humanos. Y muchos científicos volvieron a insistir en la necesidad de tener una vacuna contra estos patógenos. Los gobiernos volvieron a poner recursos en la investigación, hasta que se desarrolló la vacuna, se vendió y nuevamente se cancelaron todas las investigaciones.

Veinte años después, cuando un nuevo coronavirus, mutación del SARS-Cov-2 , ya ha infectado a casi un millón y medio de personas, el mundo vuelve a preguntarse cuándo estará lista una vacuna.

Pero esa respuesta; ¿Quienes la tienen?. ¿Vamos a seguir tropezando con la mismas piedras? O quizás esta pandemia servirá para solucionar la parte fundamental de la salud y logran un cambio;

CREAR UN SISTEMA CAPAZ DE HACER SEGUIMIENTO DE LAS MUTACIONES. NO CANCELAR LAS INVESTIGACIONES UNA VEZ QUE SE ENCUENTRA UNA VACUNA.

Esto no significa luchar contra del sistema comercial, porque es necesario para financiar la ciencia. Sin embargo, reconociendo que todas las enfermedades producto de los virus son cíclicas, dado que los virus necesitan mutarse para subsistir, la humanidad debe encontrar los mecanismos para funcionar en el ‘antes’ y el ‘durante’. Porque de lo contrario, con cada sepa nueva, estaremos esperando un año siempre, antes que la ciencia investigue y desarrolle una vacuna.

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