26 abril 2024
CRÓNICAS

El día de las madres

Cuando en 18 de Julio aparecían los vendedores de las primeras violetas o de los jazmines del Cabo, rescataba los últimos o únicos vintenes o reales existentes en mi bolsillo;

Y compraba un ramito de las que hubiera y cuando llegaba a casa, agarraba un florero de cristal de Bohemia que todavía tengo, a pesar de los avatares de la vida, ponía el ramito con agua, entraba en puntas de pie y descalzo, porque el oído de las madres se pone más agudo cuando un hijo anda por ahí de noche, y las dejaba en la mesita de luz, como sorpresa matinal.

Eso lo hacía yo, mis hermanos mayores no lo hacían, pero una vuelta una noche, mi hermano el gordo, compró una cotorrita australiana, mamá era muy bichera, y cuando metió la mano en la bolsa de papel de estraza para ponerla en la jaula, la bicha lo picó y el sorprendido se quejó porque el pico es como un sacabocados y en dos segundos tenía a nuestra madre al lado para ver qué era lo que pasaba.

Las violetas tan humildes por lo pequeñas y deliciosamente perfumadas y los jazmines con ese perfume que con el tiempo comprobé muy parecido a la magnolia.

Nunca le hice faltar las primeras violetas o jazmines, las primeras en primavera y los segundos a principios de diciembre.

Las flores de aquel entonces eran de la periferia montevideana, más las quintas canarias y las maragatas.
Claro que los tiempos traen cambios, los jazmines son salteños injertados en los naranjos de Caputto o sanduceros de lo que fue Manapay.

Las violetas no se ven más, porque las señoras mayores de los quinteros, que son las que se agachan para laborear la tierra y las plantas, están para otros cultivos más redituables, porque las violetas no se comen, ni su producción da para comprar nada y las lechugas y otras verduras si, y las rosas tan galanas, son como los sombreros de Panamá, que se hacen con paja de nombre Panamá pero ecuatoriana.

Las rosas hermosísimas y frescas que parecen recién cortadas también son ecuatorianas, las traen en avión, con cabina climatizada y las azules, si rosas azules, cuando las ponga en el florero le van a dejar el agua azul al día siguiente porque son teñidas.

Perdóneme que le haya hecho perder la ilusión, pero la realidad es esa.

Pero ese cambio, mi madre, por suerte y por desgracia no lo vio, por la ley de la vida, se fue antes y ella hubiera preferido aquello.

Maestra ella, en la escuela de mi época, no había día del abuelo, día de la madre, ni día del padre, por el concepto de que ya en aquel entonces en aquella sociedad pacata, muchos gurises no conocieron al padre o habían perdido al abuelo o a la madre.

Recuerdo los bombones apolillados del almacén de la esquina que le traían los alumnos a mi vieja y ella los traía como un trofeo de guerra, el regalar sin tener por qué y prácticamente sin tener con qué.

Igual el concepto de familia, fundamental para una sociedad normal existía, conforme también existía el guardiacivil de la esquina, los ladrones no robaban en el barrio y los galanes de otros barrios no podían noviar con las gurisas locatarias.

Mi viejo siendo de la Aguada, “donde llueve y no gotea” sobrevivió su noviazgo con mi vieja, tal vez porque fuera la nena, la hermana menor de seis varones, que no eran matones pero media docena no daban para andar paveando por un tema de cinco cuadras más o cinco cuadras menos.

La Aguada donde llueve y no gotea es el nombre del barrio porque está en el bajo de la Cuchilla Grande, 18 de Julio y del resto de Cordón y la parte norte de la propia Aguada y cuando llovía en las cuencas, se inundaba la calle La Paz, (ex arroyo Miguelete chico), y de ahí el sobrenombre.

Se inundaba sin gotear en el lugar.

He escrito bastantes artículos sobre estos días conmemorativos de la nada, que son días pura y exclusivamente comerciales para vender, algo más que lo habitual.

El día del maestro, del abuelo, de la madre y una cosa que siempre dejé bien clarita es que son días para el mercadeo, pero para los conmemorados los días de ellos, son todos los días del año.

La exageración mayor está con el caso del niño, tienen el día de reyes, el día propiamente del niño, el de su cumpleaños y a Papá Noel y el gurí sigue siendo el mismo y los cotizantes los de rigor.

Pero Ud. le negaría algo a su niño?, a mí no me da el cuero para ser tan cabortero.
Una madre, ¿en qué segundo de su vida, deja de ser madre?, ni siquiera se olvida cuando los ve una vez al año o menos por otras obligaciones que les impone la vida, a los hijos o a la propia madre.

Estén en Nueva Zelanda o en México DF, son aquellos cachorritos que crecieron y están luchando por su vida actual y futura y a la madre le cruje el corazón cada vez que whatshappea con ellos o cuando ve un plato que le apasionaba al hombre actual cuando era nene, que para una madre siempre será el nene.

A mi madre no le llevo flores al cementerio porque las flores hay que regalarlas en vida, la palabra regalar a una madre me cae pesada, las flores honran a la maternidad, pero la maternidad hay que honrarla en vida, como dar los besos y los abrazos y las plétora de satisfacciones que puede darle un hijo a una madre.
Todo lo que somos lo hizo ella, con caricias y coscorrones.

No tuve oportunidad de verla con los ojos duros, sujetando las lágrimas, cuando sus nietos se recibieron, me considero que cumplí por interpósita persona con mi deber de hijo.

Hubiera crecido algo aquel litro y medio mal despachado, pero orgullosa del evento, pero sin decirlo, porque no estilaba, exigente como era en los estudios, alabar a quien cumplía con su deber, con cumplir ya estaba el premio total.
Viejita, no se si está en algún otro lado leyendo o escuchando mis palabras que las escribe mi corazón, que no late solitario porque gracias a ti nunca estoy solo, siempre tengo algún libro, bah, y varios seres queridos, muy queridos y queribles que me hacen vibrar el pecho.

Te invoco permanentemente o inconscientemente te pienso, a ti, como al viejo, cuando tengo que tomar una resolución importante y pienso que hubieran hecho ustedes en esa circunstancia.

Gracias viejos por la educación y el ejemplo de vida que me dieron y si no soy mejor es culpa pura y exclusivamente mía.
Si existe algo, cada día falta menos para encontrarnos y si no existe nada no me enteraré jamás.

Gracias queridos viejos, que todo sea para bien…

2 comentarios en «El día de las madres»

  • Esta bueno recordar que antes no existían ni dias de la madre ni del padre ni de nada, ahora por lo menos hay un dia al año que estamos pendientes -para el domingo feliz dia para todas las madres

  • Nunca tienen que faltar las flores frescas para mama buen mensaje.

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