Análisis de la política y sus estilos
La política es el arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados.
Constituye una rama de la moral que se ocupa de la actividad, en virtud de la cual una sociedad libre, compuesta por personas libres, resuelve los problemas que le plantea su convivencia colectiva.
Es un quehacer ordenado al bien común.
Es la ciencia social que estudia el poder público o del Estado.
La política es el ejercicio del poder que busca la trascendencia.
Promueve la participación ciudadana al poseer la capacidad de distribuir y ejecutar el poder según sea necesario para garantizar el bien común en la sociedad.
Concepto amplio de política
Una definición más amplia (acuñada de diversas lecturas) nos haría definir como política a: toda actividad, arte, doctrina u opinión, cortesía o diplomacia; tendientes a la búsqueda, al ejercicio, a la modificación, al mantenimiento, a la preservación o a la desaparición del poder público.
En esta amplia definición se puede observar claramente al objeto de la ciencia política, entendido como el poder público sustraído de la convivencia humana, ya sea de un Estado; o ya sea de una empresa, un sindicato, una agrupación, una escuela, una iglesia, etc.
Es por ello que cuando se utiliza la definición más amplia de ‘política’, se suele aclarar que esta es una actividad de la que es muy difícil sustraerse, por encontrarse en casi todos los ámbitos de la vida humana.
Concepto restringido de política
Una definición más estricta, propondría que la política es únicamente el resultado expreso oficialmente en las leyes de convivencia en un determinado Estado.
Definición que restringe a la vida de las agrupaciones y organizaciones no estatales, limitándolas únicamente a las disposiciones legales de sus Estados
Populismo
El uso de los términos «populismo» y «populista» se hace habitualmente en contextos políticos y de manera peyorativa, sin que del término se desprenda una evidente identificación ideológica —dentro del espectro izquierda-derecha—, sino más bien con procedimientos políticos —demagogia o «estilo plebeyo»—.
También se ha aplicado en contextos religiosos para calificar a la teología de la liberación y a la teología del pueblo.
Populistas a la derecha, populistas a la izquierda.
Quien dice «populismo» se adentra en un terreno difícil…
En todo caso, el concepto de populismo es peyorativo….
Hablamos entonces de demagogia, y la demagogia tiene un gran repertorio de métodos.
Quienes piensan que el populismo constituye una corriente política con características objetivas, destacan aspectos como la simplificación dicotómica, el antielitismo (propuestas de igualdad social o que pretendan favorecer a los más débiles), el predominio de los planteamientos emocionales sobre los racionales, la movilización social, el liderazgo carismático, la imprevisibilidad económica, el oportunismo, etc.
Una parte importante de los estudios latinoamericanos cuestiona el uso eurocéntrico y universalizador del término «populista», cuando se aplica a corrientes políticas latinoamericanas, obviando el estudio puntual y las circunstancias históricas particulares de las mismas.
Populismo en sentido positivo
Varios movimientos sociopolíticos a través de la historia mundial moderna han pretendido que «el pueblo» ―es decir, los agricultores y campesinos, los obreros, los pequeños empresarios, el bajo clero, las clases profesionales (médicos, maestros, profesores, contables, ingenieros, empleados públicos, etc.)― sea quien ostente el poder en los estados democráticos, en contra así de las élites o clases dominantes.
Estos movimientos populistas se han basado en las ideas políticas de la cultura autóctona sin necesariamente reivindicar el nacionalismo, y oponiéndose siempre al imperialismo.
Ejemplos de este tipo han sido el populismo ruso y el populismo estadounidense del siglo XIX (este último llamado también «productivismo»); el cantonalismo español; el agrarismo mexicano; y los carbonarios italianos. Pueden estar influenciados (o no) por una o varias ideologías o proyectos políticos definidos, sin embargo normalmente no se adhieren a ellos de forma explícita.
En su crítica de la novela Todos los hombres del rey, del premio Pulitzer Robert Penn Warren, Esteban Hernández hace un interesante análisis de la relación entre populismo y aristocracia.
Hernández sostiene que mientras en los países menos desarrollados, el populismo va de la mano con la lucha contra el hambre, el aumento de impuestos a los ricos, y la supeditación del mundo empresarial a la política, tal como fue planteado por Franklin Delano Roosevelt en Estados Unidos con el New Deal. Hernández señala que, en esos países, el populismo definiría una alternativa a la aristocracia mucho más probable que el comunismo, y que por esa razón ha sido (y es) denostado por los sectores conservadores.
También se considera que un Gobierno populista es aquel que no promueve un mayor acercamiento a Estados Unidos.
Populismo de derecha
Populismo de derecha neopopulismo es una categoría específica dentro del género “populismo” que se utiliza en algunos casos para identificar a políticos y gobiernos que utilizan diversos mecanismos de manipulación para obtener el apoyo popular, con el fin de poner en práctica políticas de derecha.
Se han puesto como ejemplos de populismo de derecha a políticos como Donald Trump en Estados Unidos, Marine Le Pen en Francia y Mauricio Macri y la alianza Cambiemos en Argentina, entre otros.
Populismo a partir del siglo XX
Populismo en América Latina
En América Latina existen varios ejemplos de gobiernos que con sus diversos matices y características temporales y espaciales han sido tildados de «populistas» por sus opositores:
Argentina: En Argentina, todos los gobiernos democráticos electos han sido calificados como populistas por algún analista, con excepción de Fernando de la Rúa (1999-2001).
A saber: Hipólito Yrigoyen (1916-1922-1928-1930), Marcelo T. de Alvear (1922-1928), Juan Domingo Perón (1946-1955, 1973-1974), Arturo Frondizi (1958-1962), Arturo Illia (1963-1966), Raúl Alfonsín (1983-1989), Carlos Menem (1989-1999), Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015).
También ha sido calificado como populista el Papa Francisco o el presidente de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti.
Varios artículos relacionan Mauricio Macri con el “populismo” y con el “populismo de derecha”.
Bolivia: Evo Morales (desde 2006).
Brasil: Getúlio Vargas (entre 1930 y 1945, y entre 1951 y 1954), Lula (2002-2006), Dilma Rousseff (desde 2011).
Chile: Sebastián Piñera, Michelle Bachelet.
Costa Rica: Rafael Ángel Calderón Guardia (entre 1940 y 1944).
Ecuador: José María Velasco Ibarra (1934-1935, 1944-1947, 1952-1956, 1960-1961 y 1968-1972), Abdalá Bucaram (1996-1997), Fabián Alarcón (1997-1998), Rafael Correa (desde 2007).
Venezuela: Hugo Chávez (1999-2013), Nicolas Maduro (desde 2013).
En esta línea de crítica política, han sido cuestionados como «populistas» tanto gobiernos de derecha como de izquierda: los primeros identificados con el sistema capitalista y el liderazgo de los Estados Unidos, y los segundos identificados con posiciones nacionalistas y una posición desligada de los Estados Unidos.
En 2006, el expresidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, quien realizara en su país reformas neoliberales, en un artículo titulado «El populismo amenaza con regresar a América Latina», sostiene que entre los elementos que hacen que un gobierno no sea populista, se encuentran tener «políticas públicas prudentes y sensatas», así como un mayor acercamiento a Estados Unidos.
Francisco Panizza ofrece una lectura del populismo como un espejo de la democracia cuyo punto de discusión central es la posibilidad de poner al pueblo en un lugar de realidad objetiva.
El populismo no es posible sin la articulación retórica de un pueblo «construido» en tanto actor social colectivo pero abstracto.
En estos procesos los líderes no solo hablan en nombre del pueblo, sino que recurren al sentido de emergencia para introducir políticas que de otra manera serían rechazadas.
Por su parte, Ernesto Laclau (1935-2014) afirmaba que el populismo es la mejor forma de organización política pues da mayor lugar y representatividad a clases que hasta el momento estaban relegadas.
No obstante, algunos especialistas posmarxistas como Maximiliano Korstanje sugieren que si bien el populismo permite una mayor participación política, esa participación es a costo de un proceso de desinversión.
El riesgo y el interés resguardan al orden capitalista.
Cuando un orden populista introduce cambios de base en la distribución de la riqueza, el capital es repatriado hacia otros países, lo que genera desinversión. Como resultado, el Estado debe intervenir en la mayoría de las instituciones democráticas, afectando seriamente la gobernabilidad.
Según Korstanje, el populismo paradójicamente sienta las bases para el gobierno totalitario pues ―incapacitado para crear confianza en los mercados internacionales, y en la búsqueda de legitimidad necesaria para funcionar―, debe intervenir en los otros poderes republicanos.
La dictadura nace como mecanismo político empleado para que las elites mantengan su legitimidad.
Ernesto Laclau afirma que el populismo es, de las formas republicanas, la mejor posible debido a que permite la participación de mayores grupos sociales en la pugna de poder y recursos.
El populismo no deja de ser una mera expresión de la política que enriquece la vida democrática.
El scholar introduce un neologismo, la razón populista para ayudar a comprender su relación con el aparato ideológico del estado.
Populismo en Estados Unidos
El New Deal del presidente Franklin Delano Roosevelt y la Nueva Frontera del presidente John F. Kennedy han sido considerados iniciativas del «populismo progresista».
En cambio, la BBC ha calificado el gobierno del presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, como «populismo conservador».
En 2007, Paul Krugman ―ganador del Premio Nobel de Economía en 2008― sostuvo que Estados Unidos precisaba un «contragolpe populista» (populist backlash) para revertir el aumento de la desigualdad social.
En Estados Unidos, al igual que en América Latina, se recurre al término «populismo» para descalificar las características de los candidatos opositores tanto de derecha como de izquierda.
En la campaña para las elecciones presidenciales de 2008, el diario El País (de España) calificó negativamente como «populistas» tanto a Hillary Clinton como a Obama.
Por su parte, el presidente George W. Bush también ha sido considerado como populista.
La politica partidaria
Los Partidos Políticos son organizaciones de personas vinculadas por una ideología común.
En consecuencia, desean acceder al gobierno para ejercer el poder conforme a ese ideario político.
Hacer política debería significar hacer participar a las masas
PARTIDO POLITICO
Necesidades y problemas Origen: sociales. Naturaleza: Manifestación de la conducta. Fin: Obtención del poder.
Objetivos de los Partidos Políticos: Los objetivos de los partidos políticos son según corresponda:
Funciones: Control de gobierno. Reforzamiento estabilización del sistema. Continuar y evaluar las políticas. Agregar demandas. Rol de intermediario. Detectar y proponer soluciones a los problemas. Garantizar la renovación de las autoridades mediante el consenso. Formar y proponer candidatos. Movilizar e integrar socialmente. Educar políticamente al ciudadano. Orientar a la opinión pública.
Tipos de Partidos: Se basan en la masas población.
Se basan en función de las cuadro cualidades de la persona.
Intentan capturar el mayor número de electores votos posibles.
LOS PRIMEROS PARTIDOS Nacen con la Republica.
Reflejan Contradicciones Políticas entre: Liberales y Conservadores. Tendencias Ideológicas.
Partido Partido Social Partido Liberal Popular Progresista Democracia Partido Partido Civil Cristiana Conservador Partido Partido Partido Liberal Democrático Constitucional.
Conclusión: Los partidos políticos son organizaciones que tienen como propósito convencer a las demás personas para que los sigan llevando, a que la gente siga estos ideales, y antes del momento de sufragar deben pensar bien en la persona por quien votar para el buen funcionamiento del país.
Excelente informacion pero me parece que la palabra popular no quiere decir lo mismo en todos lados por ejemplo en china es la republica popular…no se entiende como puede ser republica y popular con un gobierno tan cerrado.
si otros no hicieran ta mal las cosas_______no existirian los gobiernos populistas_____el blabla se termina cuando se adueñan de la caja________jajajajaja____
Los paises subdesarrollados lamentablemente estamos condenados siempre a tener gobiernos populistas cuando se agota los de un color arrancan los del otro y eso que hay poca plata…jajajaja