28 abril 2024
CRÓNICAS

La guerra o la paz; ¿Cual será mejor negocio?

“Para tener paz hay que hacer la guerra”, lo damos como un hecho. Sabemos también que la paz carece de una industria que genere oportunidades como lo hace la guerra.

Tanto en puestos de trabajo, como en los miles de millones de dólares que genera de ganancia, la guerra supera ampliamente a la desafortunada paz.

¿Desearemos tanto la paz? Quizás sea iluso al pensar que todos deseamos un mudo en paz. Porque la ideológica promovida por la industria armamentista y sus gobiernos es precisamente lo contrario; “Nosotros somos la paz”. Para que el botón de la industria armamentista continúe encendido, la paz no debería estar asegurada en el planeta.

La política y el Estado detrás de la mira de la gente

Avances y descubrimientos de la ciencia, tanto en la medicina como en la tecnología, son cada vez más innovadores y útiles para mejorar la calidad de los humanos en la Tierra.

El Estado a través de la política de cada país, toma recursos de sus contribuyentes para crear políticas de desarrollo. Y a través de leyes favorecen la capacitación, la fuente de trabajo para sus profesionales creando laboratorios, donde la mayoría de las patentes son pérdida de tiempo de ensayo y experimentos. Sin embargo el sector privado invierte en algunas áreas tecnológicas, rescatando las horas de trabajo y descubrimientos inútiles estatales, para transformarlos luego en productos comerciables. De esta forma, las inversiones tanto en tecnología, comodidades y mejoras en la salud tiene prosperidad. Obviamente esa solidez la logra la industrial, como también los nuevos empleos genuinos para las personas.

¿Esto significa que el sector privado es el único que las emboca todas?.

Tiene muchos aciertos dado que invierte en lo práctico. Aquello que quiere y pueden comprar las personas. Son quienes realmente hacen goles. Y transforman un experimento de ciencia, o solo una parte de ese experimento, en lo que puede necesitar para el desarrollo de energía eólica (dormida desde 1887), un teléfono celular, un satélite, las baterías de un automóvil, etc.

Sin embargo es justo también decir, que ningún privado hace inversiones solo por patentar un experimento para un posible uso de futuro. Arthur Daemmrich, director del Centro Lemelson para el Estudio de la Invención y la Innovación del Instituto Smithsoniano, le pone luz a este tema.

Para Daemmrich, las patentes son sólo una medida de la innovación de un país; “Aquello que las cifras no pueden decirnos es la importancia que tendrán estas patentes para la introducción de nuevos productos en el futuro, ya sean medicamentos, productos electrónicos, sistemas de ingeniería u otros”.

¿La ciencia y la tecnología solo persigue mejorar la vida de los humanos?

Para quitar la vida también. Pero no hablaremos hoy de eso. Lo importante es que si un marcapasos recuperó tu corazón, si una vacuna te salvó de una epidemia; la ciencia médica tiene que existir. Si la energía llega a más hogares, si te puedes comunicar al instante con el mundo mejorando la calidad de vida de los humanos, es porqué tanto la ciencia en la tecnología deben existir. Quizás deberíamos considerar también, una política que fortalezcan esas industrias para hacerlas más sostenibles para las personas.

Los descontentos con lo público, con lo privado y con el mundo ideal

Las guerras son milenarias en el mundo. Siempre existieron bandos enfrentados en un campo de batalla donde corría la sangre tanto de ganadores como de perdedores. Por un lado, los conquistadores y por otro lado los nuevos esclavos de sus colonias. Podríamos coincidir que eso es historia antigua, que quedó en el olvido (pero solo en la mente de los ganadores).

En algo había que divertirse en aquellos días del pasado para sobrellevar los ratos de las mañanas y las tardes. Y como no había Internet y había que matar el tiempo, los reinados se dedicaban a acumular territorios en la Tierra. Ese era su juego preferido.

¿En que consistía el juego de acumular riqueza?

Por un lado estaban los que venían a expropiar tierras y riquezas. Por el otro lado, los que se defendían de esa expropiación. Batallas un tanto desiguales, ya que el mejor entrenamiento y las armas buenas estaban siempre de un solo lado. El juego de la expropiación era para profesionales. Pagaba buenos salario, estaban llenos de técnicas, herramientas, mucho oro y años de experiencia.

Aquellos reinados con el tiempo se transformaron en sólidas repúblicas. Indudablemente avanzaron más rápido que los demás países y principalmente avanzaron más que las colonias.

Sin embargo, hay que reconocer su gran lealtad, porque públicamente se han disculpado por sus errores en el pasado. No obstante, el mundo es consciente que sus actuales poderes relacionados tanto con los procesos tecnológicos, como los comerciales e industriales, se lograron cuando sus soldados entraban con sus armas para llevarse todo lo que encontraban. Y también el mundo sabe, que parte de ese sistema colonial no se ha detenido. “Esas riquezas son nuestras, y esa gente quiere que nuestro país la obtenga. Los vemos contentos y felices que continuemos allí. Nuestro deber es ayudarlos a organizarse y ser mejores personas”.

Aquellos que se enojan porque no tienen nuestras riquezas, son unos envidiosos

Quienes piensan así, tienen toda la razón del mundo. Existen los resentidos, rencorosos y además envidiosos sobre los poderosos y más ricos del planeta. Sin embargo la historia ha demostrado cuales fueron los momentos que surgieron esos resentimientos y rencores en sus pobladores. Las historia registra que mientras el mundo tenía a personas que trabajaban las tierras formando riquezas para su población, otros se dedicaban a la guerra, el exterminio, la expropiación de riquezas y la esclavitud de las personas sobre la Tierra. Nadie le discute ese registro a la historia.

De todas formas, pedir disculpas y perdón por aquellos crímenes, es muy humano en estos días.

También es muy cierto lo opuesto. La gente, a quienes se le pidió disculpas, se sienten ignoradas ante sus legítimos reclamos de expropiaciones, aunque fueran en el pasado. Están resentidas ante quienes lo hicieron. Exigen reparación de daños. Y exigir la reparación de daños causados, aunque fueran del pasado, también es muy humano en estos días.

Un comentario en «La guerra o la paz; ¿Cual será mejor negocio?»

  • No pienso como vos de todo eso pero soy un envidioso. Esta claro que tenes razón porque europa no quiere que paises enemigos tengan colonias pero ellos tienen una cuantas y no las largan. Son unos sinvergüenzas.

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