26 julio 2024
CRÓNICAS

Sigue siendo muy poco

Recuerdo que estaba de recorrida con una petiza de cuatro patas y me allegué a un cementerio, la até a un talita y me bajé para ver bien como era la cosa.

La puerta de una de las criptas estaba abierta y las urnas destapadas y el desparramo de los huesos eran los resultados de una farra que se habían mandado los zorros, quién sabe cuánto ha.

Cuando llegué a las casas le dije al dueño, “Che andá a arreglar los huesos de tu abuelito que los zorros los desparramaron:”.
“¡Dejá que cuando venga mi hermana se encarga de eso!!! (molesto y supersticioso).

Por mi parte supongo el ritual del talco y las toallas de rigor, el tema para la hermana.

Bueno, sin exagerar, uno ha estado en algunos velorios de campaña, que se producen de día a día, o sea antes de la caída del sol y hasta el sol bien alto, porque la gente viene de a caballo o con carro y no se pueden ir de noche, por lo tanto hacen noche.

Son regados con caña o grappa nacional o brasileña, depende de la distancia de la frontera.

El cajón si hay cajón, sino en la cama, rodeado de cirios, cuatro o seis, y sillas, bancos, o lo que sirviera para sentarse en la vuelta, todos con caras compungidas, como de circunstancia y la botella va dando la vuelta y por el pico un buche y sigue al siguiente.

Claro que a medida que se va libando el combustible, la rueda se va haciendo más conversada, con algún cuento anecdótico al principio y luego van tomando un tonillo más verdoso.

El del comedor o living de la casa tiene un aspecto de torta por las velitas y el de dormitorio, el muerto parece dormido, pero el lugar es mucho más limitado porque la torta mortuoria ocupa mucho más lugar.

Como es un lugar privado se fuma, pero en esa zona, lo que más se usa por los fumadores es el tabaco en cuerda con chala, naco que le dicen, que tiene un muy buen olor apagado, por la melaza, pero cuando se prende apesta a todos los no fumadores y la ropa en general, sin perjuicio de que la chala al quemarse larga unas brasas que queman camisas, remeras, sacos.

Conocí un caso, que no creo que sea el único de uno que estaba fumando y el naco, por lo común, se apaga seguido y al rato, le pegó con la uña y lo metió en el bobo, el bolsillo chico del saco, en el argot de los chorros.

Se subió a la motoneta y salió, a la cuadra la gente le hacía señas de las veredas, el distraído y simpático, saludaba y seguía, se avivó cuando el calor de la fogata del bolsillo le llegó a la tetilla izquierda.

Cuchilla de Guaviyú, es un pequeño pueblo del interior de Salto que eligió construir una sala velatoria con el dinero del programa Realizar 2011 del MTOP, en vez de pavimentar calles, colocar luminarias o acondicionar una placita, como quiso la mayoría de los otros 88 municipios del país que participaron de la iniciativa.

Nadie en el pueblo se incomoda cuando le preguntan por qué quieren una sala velatoria.

Parecería, para su mentalidad, ser una cosa obvia y necesaria.
El último velorio del pueblo se hizo en el salón comunal.

Fue un hacendado de la zona que murió de forma repentina en el campo.

La ceremonia transcurrió sin sobresaltos, pero a la gente le rechinó ver que pocas horas después de terminado el velorio, se realizó en el mismo salón un baile.

Hoy, si alguna familia quiere evitar velar en su casa o en el salón comunal, debe trasladarse casi diez leguas ( 50 kilómetros) por un camino vecinal de tierra al pueblo Colonia Lavalleja, que sí tiene sala.

Las ceremonias fúnebres mantienen como tradición hacer un fogón para asar carne a la parrilla, y no todas las casas tienen ese espacio para montar el fuego y acomodar a la visita.

Es que “viene gente de lejos” a saludar a los dolientes.

Así, el fuego permanece durante toda la noche encendido para que cuando alguien tiene hambre se arrime a la parrilla, toma una galleta de campaña y corte una porción de asado con su propio cuchillo.

Es por ello que la sala velatoria del pueblo tendrá un parrillero, aunque en los planos de la obra no figure.

La inversión total será de US$ 14.124, según el presupuesto elaborado por la Intendencia de Salto en marzo de 2012.

El inmueble tendrá, además del lugar para depositar los féretros, una sala de espera, cocina, baño, depósito y lugar para estacionamiento.
También jardín, zonas con bancos en el exterior y un acceso vehicular.

El lugar de construcción es justo en el centro de Cuchilla, pegado a una placita alambrada, que tiene cancha de fútbol, juegos infantiles y pequeños parrilleros con mesas.

El proyecto integra el ambiente exterior característico del campo con “la sencillez del diseño” y “del método constructivo a utilizar”.

Un vecino cuenta que cuando tuvo que velar a su madre ese día llovía.

Tanto llovía, que la visita tuvo que acomodarse en un galpón de un vecino, que generosamente le ofreció, y adonde además se hizo el infaltable fuego para asar la carne.

Cuchilla tiene escuela y parte de los alumnos son pupilos; policlínica con un médico que va 15 días al mes; cabina telefónica; biblioteca; salón comunal; placita con cancha de fútbol; tres almacenes de ramos generales (una que sirve bebidas alcohólicas); una carnicería clandestina; un destacamento policial con un solo agente, que llega en moto cada día a cumplir su horario (y no controla la carnicería); y dos iglesias: una católica y otra evangélica.

Según el censo 2011, en este pueblo viven 138 personas, hay 51 casas (5 están desocupadas).

Por las calles se ven muy pocos niños. Casi todas las casas son parte del programa Mevir.

Recuerda que el pueblo estaba entre arreglar una canchita de fútbol para los pocos niños que hay en Cuchilla, o ir con todo para tener la sala velatoria.

Pero cuando la obra esté terminada, a la gente de Cuchilla poco le importará quién vaya a inaugurarla.

Nadie repara si irá Mujica, Pintado o el alcalde Sena.

Eso sí: de seguro habrá un fogón con asado para festejar que ahora, por fin, pueden morir con dignidad porque tendrán su sala velatoria.

Tendrán que inaugurarla con un vivo, porque más que casualidad conseguir que se muera uno de los ciento y pocos habitantes de la Cuchilla de Guaviyú, y será con un asado como Dios manda.

Para llegar de Montevideo a Cuchilla de Guaviyú hay que hacer muchos kilómetros (más de 650).

Hice el viaje de Salto a unas leguas antes de La Cuchilla de Guaviyú dos o tres veces, y el viaje, sin exagerar es terrorífico.

Horas y horas para pocos kilómetros en relación con la cantidad de horas.

Creo, con la mano en el corazón que habría que mejorar los caminos de penetración que son útiles para infinidad de cosas, desde sacar la riqueza del campo, como un enfermo grave y no gastar el dinero malamente en los muertos que una vez que lo son no tienen futuro, ni mejora de especie alguna.

Un capataz que se quemó en forma muy importante en la Estancia tuvo que hacer 6 horas de ómnibus, el día que el ómnibus pasaba y hacerlo por caminos de trillos en el campo cruzando hilos de agua y demás.

Por el muerto no se puede hacer nada y con o sin sala velatoria los deudos el sufrimiento no les será más leve.

El asado seguirá siendo el asado, la galleta de campo y la caña circularán igual.

Un estacionamiento para vehículos en La Cuchilla de Guaviyú, parece una humorada.

Si el presidente aclara los calificativos de la Presidenta argentina, en cuanto a su provecta edad y los problemas visuales del marido capaz que llegará para la inauguración de la pésima inversión en Cuchilla de Guaviyú… y esperemos que todo sea para bien…

3 comentarios en «Sigue siendo muy poco»

  • Cuantos empleados van a poner para dar el servicio de la sala velatoria? Recepcionista, telefonista, choferes, tres o cuatro empleados mas que ayuden a entrar y sacar el cajón y falta todav-ia el jefe que los dirija…un buen laburo es aquel que tenes poco que hacer y te pagan muy bien.

  • Estimado Manueste875: Leí el artículo que parece que Ud. no leyó. Un pueblito de 138 personas, que ni muerto van a tener para inaugurar la sala velatoria, le parece que tendrá algún empleado. Por lógica y quien alguna vez en la vida piso el barro y no vivió siempre sobre el piso de parquet, esos pueblos están llenos de personas viejas, porque la gente joven se fue para la ciudad o son peones que viven en las estancias. La mentalidad que privó es la de la gente mayor que ve su futuro en el cementerio, cuyo paso previo será por la policlínica y el cementerio. No habrá choferes porque andan en carro y a gaas escuchan una radio que transmite de Pueblo Fernández, como surge del otro artículo. Ud. que por lo que veo tiene todos los servicios en a esquina de u casa no puede tomar a la chacota como vive esa gente, gracias a la cual, las vacas siguen fabricando el churrasco que Ud. comerá al mediodía si le alcanza la plata. Piense y luego escriba con criterio.

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