Que es el feminismo radical
La aparición del feminismo radica
La corriente radfem apareció en el contexto de la segunda ola del feminismo, iniciada en los años 70 en países occidentales. Para acabar con este sistema de opresión, llamado patriarcado, nació el feminismo radical: el que tenía como objetivo ir a la raíz del sexismo.
¿Qué es una persona Transfeminista?
Ambas son corrientes del feminismo, el radfem es el feminismo radical y busca la abolición del género porque lo ve como una construcción social y una herramienta del patriarcado para ejercer la dominación de un género (masculino) sobre el femenino.
El final feminista de Carmen de Bizet crea polémica en Italia pero agota las entradas
En esta última versión de Carmen, que fue escrita por el director italiano Leo Muscato, la protagonista no muere acuchillada a manos de su amante, para evitar que el público tuviera que aplaudir el asesinato de una mujer.
No tiene un final feliz, pero sí más feminista. La última ópera escrita por Bizet y que se representa estos días en el Teatro di Maggio de Florencia ha levantado polémica, indignación, pero también una gran expectación que ha agotado las cerca de 10.000 localidades disponibles en las seis representaciones que se hará de esta Carmen.
En esta última versión de Carmen, que fue escrita por el director italiano Leo Muscato, la protagonista no muere acuchillada a manos de su amante que se siente despechado, sino que es la propia Carmen la que le arrebata el arma a Don José y le pega un tiro acabando con su vida cuando se percata de sus intenciones.
Este final de la opera fue realizado por el director italiano Muscato a sugerencias de director del teatro, que le pidió encontrar una solución para que la protagonista no muriera al final, para evitar que, en una época marcada por el flagelo de la violencia contra las mujeres, el público no tuviera que aplaudir el asesinato de una de ellas.
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La obra, cuya primera función tuvo lugar el pasado 7 de enero, levantó una agitada polémica desde su anuncio y numerosos abucheos tras la representación. En declaraciones a El País de Madrid, Muscato aseguró sentirse abatido por la polémica, asegurando que “se ha creado una polvareda exagerada y gratuita”. Muscato añade que “el único motivo por el que acepto llevar un clásico a escena es para que suscite un debate y un motor de emociones. No buscaba epatar. Yo nunca hablé de feminicidio, pero me alegra que se vea así”.
Carmen fue estrenada por primera vez en 1875 en París, poco antes de la muerte de su autor que falleció ese mismo año sin saber el éxito que tendría su obra. En las primeras representaciones Carmen no fue bien acogida.
La historia de “Carmen” está ambientada en Sevilla (España) alrededor de 1820, y la protagoniza una bella gitana de temperamento fiero. Carmen, libre con su amor, seduce al cabo don José, un soldado inexperto. La relación de Carmen con el cabo motiva que éste rechace su anterior amor, se amotine contra su superior y como desertor se una a un grupo de contrabandistas. Finalmente, cuando ella vuelca su amor en el torero Escamillo, los celos impulsan a don José a cometer el asesinato de Carmen.
Ahora Carmen mata a Don José: la nueva versión de la ópera es un manifiesto contra la violencia machista
La historia de Carmen, la célebre ópera compuesta por Georges Bizet y popularizada en los teatros europeos gracias a su punto de comedia, drama, exotismo ibérico y romance, es bien conocida: un soldado raso de Sevilla se enamora locamente de una gitana local, y cuando esta le abandona por un prestigioso torero, la asesina. Así ha sido, al menos, durante el último siglo y medio.
Sucede que los tiempos cambian, y con ellos hasta los clásicos. Ahora, el director italiano Leo Muscato ha optado por reinventar el final de la historia en su nueva iteración, estrenada este pasado fin de semana en la ópera de Florencia. Carmen ya no es víctima del colérico ejercicio de violencia de José, sino que acaba con la vida de su agresor de un certero disparo. De la violencia machista a la legítima defensa de la mujer maltratada.
La idea de Muscato ha abierto algunas heridas en el circuito teatral y, ante todo, ha espoleado un debate relativamente frecuente durante los últimos años: ¿qué deberíamos hacer socialmente con las obras clásicas, hijas de su tiempo, que representan una violencia contra la mujer, una condonación de la discriminación racial o, en términos generales, una forma de remarcar estereotipos o perpetuar ideas xenófobas o discriminatorias contra según qué colectivos?
La discusión es explosiva, obviamente, por su carácter revisionista. Para Muscato la respuesta debía ser clara: tras un 2017 en el que el feminismo se ha configurado definitivamente como una de las cuestiones políticas más cruciales de nuestro tiempo (fruto, en gran medida, de escándalos de acoso, violaciones y abuso sexual como surgido al albur de Harvey Weinstein), Carmen no podía terminar como Bizet la imaginó. Carmen debía dejar de ser hija de su tiempo y actualizarse a la contemporaneidad.
“Creemos que es importante que el teatro no sea un espacio de la cultura musical conservador, que no sea un museo. Es un lugar donde un debate puede ser iniciado. Carmen fue escrita hace 150 años en un contexto cultural muy diferente. Los tiempos cambian”, ha explicado a The Telegraph Paolo Klun, potavoz de la ópera fiorentina. Tanto la institución como Muscato son los responsables de que la popular obra haya sido modificada por primera vez en su historia.
Una Carmen adaptada a su tiempo
Para Cristiano Chiarot, director del teatro, es imposible mantener el final de Carmen en un contexto de altísima presión social contra la lacra del feminicidio: “En un momento en el que nuestra sociedad tiene que enfrentarse al asesinato de las mujeres, ¿cómo podemos permitirnos aplaudirlo (en la ópera)?”. Al igual que España, donde sólo en 2017 hubo 48 mujeres muertas a manos de sus parejas, Italia registra feminicidios mensuales. Un escándalo público al que la ópera no es ajeno.
De forma paradójica, era el propio Muscato el que más reticencias ofrecía a la muerte inversa de Carmen cuando los programadores del teatro fiorentino se lo propusieron: “El tema de la muerte en la ópera tiene un fuerte componente masculino, la mujer debe sacrificarse a sí misma para ser libre. Es un punto de vista que hoy en día no tiene sentido alguno”. En consonancia, bienvenidos a Carmen, 2018, una mujer que toma las riendas de su destino matando a su agresor.
Originalmente, era Carmen la que moría.
Tales presupuestos han resultado explosivos. En Francia, país natal de Bizet en el que Carmen es toda una institución cultural, la cuestión ha sido tildada de “sacrílega”. El lavado de cara de la obra es total: la acción ya no transcurre en la fantasiosa y exótica Sevilla del siglo XIX, sino en las afueras de Florencia, en un campamento gitano, y Carmen trabaja en una factoría local en condiciones precarias. José es un policía local de la ciudad, ambientada en los años ’80 del siglo XX.
La cuestión es transversal al rol de muchas mujeres en la ópera teatral. Carmen ha sido interpretada históricamente como una mujer fuerte, de carácter áspero y de sensualidad apabullante, casi intimidante, y su asesinato se interpretaba en tales términos. Muscato aspira a revertir la lectura y a dibujar a una Carmen víctima de una relación abusiva y obsesiva por parte de Don José, un giro que plantea una cuestión brutal al espectador: ¿aplaudes a la mujer fuerte de trágico destino o a una víctima del machismo estructural, de los celos del hombre irracional?
Como es habitual, no han faltado las referencias a la “corrección política” que supuestamente inunda la escena cultural y pública del presente. Otros periodistas y agitadores culturales han señalado que, de seguir esta senda, serán muchas las óperas, novelas y obras teatrales que deberán ser reinterpretadas para adaptarse al sino de su tiempo. No en vano, son numerosos los cánones literarios en los que la mujer es un mero objeto de pasión definido meramente por su relación con el protagonista.
Tenga o no la discusión un carácter exagerado, lo cierto es que la redefinición de las obras teatrales y su adaptación al cine o a los escenarios en nuevas y vanguardistas formas es una constante en la historia de las artes escénicas y audiovisuales. El escándalo sólo brota por el claro mensaje político de la nueva Carmen y por el carácter icónico de la obra de Bizet. De una Carmen, ahora sí, superviviente y no víctima de los celos de su expareja.
Muy astuto el director que cambia los generos protagonicos de la obras creo que sin irse a los extremos se puede adaptar con los tiempos, hace un tiempo circulo una version de tarzan que me contaron donde el protagonista era un negro flacucho y gay y tambien es una adaptacion para estos tiempos que hay que aceptar.
Fuera el patriarcado hay que hacer mas obras y peliculas que sean mas actuales a los momento que vivimos no critico las novelas de la tele pero hay que pegarles un palito por lo atrasados que estan las novelas turcas.
A mi me gusta por el lado de que si es divertida y te deja algo o te aburre y te haga pensar para que gaste plata para ir a verla y no por otra cosa.
Seria muy loco que te decidas por una obra o peli solo por el genero del protagonista yo que se….se que hay gente que piensa asi y no creo que hayan hoy mas mujeres que piensen asi pero capas que me equivoco.